
La gastronomía típica de Portugal, está enmarcada dentro de la cocina mediterránea. Dentro de la variedad de productos que conforman sus platos, cabe destacar el pan, el vino, el aceite de oliva y el pescado. Las influencias de la cocina española y pequeñas pinceladas de la cocina árabe así como de las antiguas colonias de orgen portugués, han hecho que la cocina portuguesa sea especialmente valorada por la riqueza de sabores y matices que la caracterizan.
Platos más populares de la cocina portuguesa
Platos salados
Bacalhau á Brás
Si hay un pescado por excelencia en Portugal, ese es el bacalao. Los portugueses cocinan el bacalao de muchas formas, de hecho son los principales consumidores a nivel mundial.
Una de las formas más tradicionales de cocinar el bacalao, es el Bacalao dorado (bacalhau á Brás). Se trata de un delicioso revuelto de bacalao desmigado con patatas paja y huevo Es un plato muy popular especialmente en Cuaresma y Semana Santa. Su origen se encuentra en el Barrio Alto de Lisboa, concretamente en la taberna del Senhor Braz. Se dice que aquí se elaboraba esta rica receta con los restos del bacalao que sobraba, y que adquirió una gran popularidad.
Cocido a la portuguesa
Otro de los platos tradicionales de la cocina portuguesa, es el cocido, e cual se compone de una variedad de verduras, y legumbres acompañadas de ternera o de cerdo. Aparte, le añaden un embutido conocido con el nombre de salpicâo y un poco de arroz.
Se trata de un plato muy contundente que hará las delicias de los amantes de la comida abundante y que también goza de gran popularidad en Brasil, y que es muy popular especialmente durante los meses más fríos del año.
Francesinha
Este plato típico de Oporto, consiste en un enorme sandwich que se rellena con diferentes embutidos: salchicha, jamón, carne… se gratina con diferentes variedades de quesos y se le añade salsa. Se acompaña, además, de huevo y patatas fritas.
Sin duda se trata de toda una bomba calórica que pretende convertirse en una variedad del clásico sandwich Croque Monsieur, muy típico en la comida francesa. De ahí que haya adquirido el nombre de Fracensinha.
En Oporto hay muchos locales especializados en este sandwich. De hecho se puede encontrar en multitud de variedades con diferentes rellenos. Comerse una Francesinha entera, es sin duda una hazaña solo para valientes.
Ameijoas à Bulhão Pato
Las Amêijoas à Bulhão Pato es un plato muy habitual especialmente en los restaurantes especializados en marisco. Recibe el nombre del poeta portugués Raimundo Antonio de Bulhão Pato quien ya mencionaba esta receta en sus escritos. Se sirve como entrante o como aperitivo, y a pesar de la sencillez con la que se elabora (consta de ingredientes como el aceite de oliva, el ajo, el limón, vino blanco y cilantro) su sabor es espectacular, aunque los expertos señalan que la calidad de las almejas es la clave para conseguir la perfección de sabores.
Cómo curiosidad de Portugal cabe destacar que, es tal la popularidad y exquisitez de este plato, que fue considerado como una de las 7 maravillas de la cocina portuguesa.
Alheira
La alheira es un embutido muy popular en la cocina portuguesa, que se elabora a partir de carne picada de ave, conejo, ternera o cerdo, pan de trigo, ajo y pimentón. Especialmente popular en la región de Trás-os-Montes (Oporto), es común servirla frita o bien hecha al horno. El acompañamiento principal es el arroz blanco o el huevo frito, aunque también se puede comer en bocadillos o sola a modo de aperitivo.
El origen de este embutido parece estar en aquellos judíos que se convirtieron al cristianismo y que simulaban comer embutidos de cerdo (pues antiguamente se elaboraba con carne de ave).
Caldo verde
El caldo verde es otro de los platos nacionales portugueses que además, según cuenta la tradición, trae buena suerte comer en la madrugada del día de Nochevieja. Esta receta, en concreto, es originaria de la parte norte del país, de Minho. Se compone principalmente de una especie de col conocida como couve galega, que se cultiva en muchos de los patios de Lisboa.
Tradicionalmente, es un plato que se sirve con unos trozos de chorizo, y sin duda es uno de los platos más apreciados de la gastronomía portuguesa.
Polvo à Lagareiro
No se concibe la comida portuguesa sin hablar del famoso pulpo, y su especialidad más conocida: el polvo à Lagareiro. Lagareiro es un término que hace referencia a aquella persona que trabaja en una almazara, cuya labor consiste en pisar la aceituna para extraer el aceite. La receta portuguesa más famosa de pulpo, recibe este nombre debido a la generosa cantidad de aceite que baña los ingredientes.
En muchos restaurantes, es un plato que se sirve como entrante, aunque también es común que se cocine en Nochebuena. Los ingredientes principales son el pulpo asado, patatas al horno y un buen chorreón de aceite de oliva. También se puede acompañar de cebolla, pimiento o una menestra de verduras.
Dulces
Pastel de Belém
Si hay un símbolo auténticamente gastronómico en la cocina portuguesa, y más concretamente en la repostería, ese es el pastel de Belém. La receta original data del año 1837, concretamente ubicada en el Monasterio de los Jerónimos.
Consisten en unas pequeñas tortitas de crema cuya receta sigue siendo aún un misterio. La crema y la pasta con la que se elaboran estos pasteles redondos, se elaboran en el llamado Taller secreto en el que se trabaja durante dos días por parte de escogidos maestros pasteleros.
Actualmente, la Casa Pastéis de Belem elabora alrededor de 20.000 pastelitos diariamente, pudiendo doblar esta cifra en épocas de mayor demanda.
Queijada de Sintra
La queijada de Sintra es otro de los postres más característicos de Portugal. Se tratan de unas pequeñas tartas rellenas de queso fresco, huevo, nata y azúcar. Servidas con una ligera capa de canela por encima, son toda una delicia para el paladar.
La queijada de Sintra se puede encontrar en todas las ciudades de Portugal pero lo más tradicional es degustarla en la pastelería más importante de Sintra, conocida con el nombre de Piriquita. Es en este lugar desde donde se elaboran desde hace más de 150 años, y ya es la quinta generación familiar la que se encarga de elaborarlos a diario de la forma tradicional.
Bolinhas de Berlim
Las bolinhas de Berlim es el postre equivalente a las berlinesas alemanas que se han convertido en clásico pastel que puedes degustar en cualquier pastelería de las playas portuguesas, y es que los vendedores ambulantes que venden esta especialidad pastelera, se han convertido en toda una tradición para habitantes y turistas. De textura crujiente por fuera y blandas por dentro son unas bolas rellenas de chocolate, crema pastelera o sin ningún tipo de relleno.
Serradura
La serradura es otro de los grandes clásicos de la repostería portuguesa. Es un postre muy sencillo en cuanto a elaboración, que sin embargo peca de un exceso de dulzor y de calorías. Sin embargo merece la pena probarla por su sabor inigualable.
Sus ingredientes son sencillos: galleta triturada, nata y leche condensada. Se alternan capas de mezcla y galleta y se sirve en copas de cristal, de modo que incluso visualmente resulta ser un postre especial.
Bebidas
Ginjinha
La Ginja o Ginjinha es un licor dulce elabora con guindas mezcladas con alcohol y azúcar principalmente, cuyo origen se encuentra en Lisboa. Es muy típico observar como tanto turistas como portugueses forman colas en los lugares más típicos en los que se sirve esta bebida. El más conocido es el local Ginja Sem Rival, un local que cuenta con más de un siglo de historia que se encuentra en la plaza del Rossio.
La elaboración de este licor, desde que se cosechan las cerezas hasta que se embotella, puede llevar aproximadamente un año, tal y como señalan los propietarios de Ginja Sem Rival. Fue un español de origen gallego quien fundó el local que hoy día produce alrededor de 25.000 litros al año. Hoy día pasar por aquí para degustar tan codiciado licor, es toda una experiencia que forma parte de las tradiciones y costumbres de Portugal.
Vinho verde
El vino verde o vinho verde como se conoce en Portugal, es un tipo de vino único en el mundo que se produce en la región del mismo nombre, al noroeste del país. Cada año se recogen alrededor de 85 millones de litros de vino verde y en contra de lo que puede parecer, no es de color verde. El nombre hace referencia a los campos de color verdoso donde se recolecta la uva.
Este tipo de vino se caracteriza por un sabor suave y afrutado y es un acompañamiento perfecto para todo tipo de platos, desde pescados y carnes blancas, hasta mariscos o ensaladas.
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Una de las características de la cocina portuguesa es la variedad de recetas con las que puede cocinarse un mismo alimento, lo cual la hace muy rica y sabrosa, pudiendo disfrutar de una mezcla de sabores inigualable. Y todo ello con el encanto de una cocina tradicional que convierte la degustación de cada plato en toda una experiencia para el visitante.
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La popularidad de los pasteles de Belem ha traspasado fronteras, en China son muy apreciados y reciben el nombre de Dan Ta «pastel de huevo».