La ruta de los castillos del Loira, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es una de las más famosas de Francia. La ruta comienza a tan solo 100 kilómetros de la capital, París, y va desde Orleans hasta Angers, aunque también es posible hacerla en el sentido inverso. Así, a lo largo de 800 kilómetros, se distribuyen más de cincuenta castillos ubicados en un paisaje de viñedos, colinas y espesos bosques que convierten la ruta en un cuento de hadas. El legado histórico y cultural que se concentra en el Valle del Loira es de incalculable valor, reflejo de siglos de historia y arte.
A pesar de que a lo largo del Valle del Loira hay nada más y nada menos que 200 castillos, sólo 50 cuentan con un prestigio especial. Elegir una ruta determinada no resulta fácil, ya que el Loira, además de ser muy extenso, está lleno de rincones fascinantes. Sin embargo, es posible hacer una visita completa en 5 etapas, que llevarán al viajero a visitar los castillos franceses más representativos e indispensables de la ruta.
1º etapa: Villandry-Tours
La primera etapa comienza en la localidad de Villandry, donde se encuentra uno de los primeros y más importantes castillos de la ruta.
Castillo de Villandry
El Castillo de Villlandry fue erigido durante la época del Renacimiento, y es conocido por sus seis jardines de extraordinaria belleza que se sitúan en tres terrazas escalonadas. Dichos jardines son:
- El Jardín del Agua situado alrededor de un pequeño estanque.
- El Jardín Ornamental, que nace como una prolongación de los majestuosos salones del castillo.
- Los Jardines del Amor, los cuales se dividen en diversos rincones que representan sentimientos como la ternura, la pasión o la infidelidad.
- El Jardín de la Música, donde se ha dado forma a diversos arbustos para representar instrumentos musicales como arpas o liras.
- El Jardín de las Tres Cruces, el cual representa la cruz de Malta, la de Languedoc y la del País Vasco.
- El Jardín de las Plantas medicinales.
Es un castillo extenso y lleno de historia que bien merece una visita de casi un día para poder admirar toda su belleza. Tras su visita, el viajero llega a la ciudad de Tours, punto de partida de la segunda etapa.
2º etapa: Chenonceau, Amboise y Chaumont
Castillo de Chenonceau
A tan solo 35 kilómetros de Tours se encuentra el castillo de Chenonceau, también conocido como el «Castillo de las Damas», ya que su gestión, protección y administración siempre ha estado a manos de mujeres. Esta circunstancia le ha salvado de muchas guerras, convirtiéndose en un rincón de paz que hoy en día alberga una importante colección pictórica y tapicerías de Flandes. Chenonceau es uno de los castillos más elegantes de la ruta, el cual ha servido de inspiración para muchos artistas.
Castillo de Chaumont
El castillo de Chaumont se alza imponente en un mirador que vigila el valle del Loira. Fue propiedad de Catalina de Médecis y posteriormente Diana de Poitiers. Hoy en día es protagonista de Festival Internacional de los Jardines, al cual acuden paisajistas de todo el mundo para dar a conocer increíbles creaciones florales.
3º etapa: Azay-Le-Rideau, Rigny Ussé y Langeais
Castillo de Azay-Le-Rideau
El castillo de Azay-Le-Rideau se encuentra en pleno corazón del Loira. Fue construido sobre una pequeña isla del río Indre, en cuyas aguas se refleja su hermosa fachada, siendo ésta una de las estampas más llamativas.
Castillo de Rigny Ussé
Este hermoso castillo, el cual aún hoy sigue estando habitado, sirvió de inspiración al escritor Charles Perrault para escribir su afamado cuento de La Bella Durmiente. De hecho, una de sus torres está decorada con figuras de los personajes del cuento. Su diseño recuerda realmente al de un auténtico castillo de princesas.
Castillo de Langeais
El castillo de Langeais fue erigido como fortaleza en la Edad Media, con enormes torres y murallas. Aún conserva un curioso puente levadizo y su interior alberga una gran colección de tapices y muebles antiguos.
4º etapa: Cheverny y Chambord
Castillo de Cheverny
Este singular castillo, del cual se dice que es el más elegante de la ruta, es famoso por haber servido de inspiración al dibujante Hergé, quien se serviría de su diseño para crear la residencia del conocido personaje de cómic Tintin. De hecho, en su interior hay una exposición en su honor.
Castillo de Chambord
El castillo de Chambord fue construido para servir como residencia de caza, y hoy en día es el único castillo que conserva su diseño original. Una de sus características principales es su escalera de doble hélice, obra de Leonardo da Vinci.
5º etapa: Blois
Castillo de Blois
El castillo de Blois es uno de los más emblemáticos de la ruta, el cual se enorgullece de haber acogido a más de diez reinas y reyes. A día de hoy se ha convertido en uno de los museos franceses más importantes de todo el país con más 35,000 obras y colecciones. Toda una delicia para los amantes del arte.
Los castillos del Loira son hoy día un fiel reflejo de la ostentación de la que se servía la monarquía de la época, que edificó cada uno de sus castillos de forma estratégica, pasando a formar parte hoy día de la rica historia de Francia. La construcción de estos castillos se remonta a los siglos XVI y XVII, una época en la que el poder de un rey se manifestaba a través de sus riquezas. Hoy día los castillos del Loira siguen imponentes y sublimes bordeando el río Loira, asentados como increíbles fortalezas que constituyen un patrimonio de valor incalculable para Francia y para el resto del mundo.
Leonardo da Vinci pasó la última etapa de su vida en el valle del Loira, lugar desde el cual realizaba encargos reales y últimaba sus obras. Sus últimos días los pasó concretamente en el castillo Clos Lucé en Amboise, lugar en el cual hoy se le rinde homenaje a través de un museo dedicado a su vida e inventos, y desde donde el visitante podrá visitar incluso su habitación personal.