
Las costumbres y tradiciones de Bélgica, son muy importantes para entender su identidad y su historia. Cada una de ellas está influenciada, en parte, por sus orígenes: los valones de origen celta que habitan en la parte meridional del país, y los flamencos de procedencia germánica, que habitan en la parte norte y oeste de Bélgica.
Gracias a estas dos poblaciones, el país cuenta con una rica cultura tradicional que se extiende por todas sus ciudades y que han ido conformando su historia repartiéndose a lo largo y ancho de su geografía durante todo el año.
Bélgica: disfruta de su folclore y cultura
La cultura y forma de vida belga
- Los belgas se distinguen por ser amantes de la buena mesa. La gastronomía en Bélgica es una de las más variadas, siendo su plato estrella los mejillones con patatas, así como sus famosas patatas fritas, sin olvidarnos de su cerveza y el apreciado chocolate. Algunos nacionales y otros adaptados de otras culturas como la alemana o la francesa, los belgas consideran la hora de la comida como la mejor excusa para disfrutar de una agradable conversación y un buen menú.
- Los habitantes de Bélgica se saludan con un apretón de manos, pero si la relación es de amistad, se suelen dar tres besos en la mejilla, sin apenas rozarlas.
- En el caso de los familiares, es común usar el nombre de pila, pero no así en el caso de que el vínculo no sea tan estrecho, siendo la fórmula más correcta utilizar los apellidos precedidos de «señor» o «señora».
- En Bélgica, se aprecia mucho la puntualidad, y es costumbre llevar un regalo cuando se ha recibido previamente una invitación.
Fiestas destacadas
Navidad
Las fiestas navideñas, son sin duda una de las más tradicionales en Bélgica, al ser un país muy arraigado a la religión. Cuando se aproximan unas fechas tan señaladas, las principales ciudades del país se llenan de mercadillos navideños, y las calles se llenan de gente que disfruta en familia de estos días tan especiales.
La figura de San Nicolás, llegado en barco desde España en día 4 de diciembre, está muy presente durante la Navidad belga. Acompañado de Pedro el Negro (Zwarte Piets) deja sus regalos en la noche del 5 al 6 de diciembre.
El Belén es otra de las tradiciones navideñas que las familias belgas conservan y los mercadillos son la principal atracción (influenciada por la tradición alemán). En estos lugares es posible encontrar figuritas para el árbol, dulces típicos, vino caliente… Bruselas o brujas son algunos de los lugares con los mercadillos más especiales, aunque seguro que encontrarás muchas otras recomendaciones en tu guía de viaje.
En Nochebuena, las familias belgas celebran una cena en la que el plato típico es el pavo relleno junto con un postre relleno de crema, con forma de tronco, conocido como «la bûche de Noël«. Durante el día de Navidad, es común intercambiarse regalos y desayunar un pan dulce con forma de Niño Jesús, que recibe el nombre de «cougnolle».
En Nochevieja, es común juntarse con la familia y los amigos para cenar «choucroutte», un plato elaborado con salchichas, bacon, y patatas. En la zona de Flandes, los niños escriben una «Carta de Año Nuevo» que leen a los abuelos y padrinos para desearles un buen año. A cambio reciben unas monedas.
El Día de Reyes (6 de enero) es una celebración que se lleva a cabo sobretodo en poblaciones más pequeñas. Los niños son protagonistas de un día tan señalado en el que se visten de reyes y van de casa en casa cantando la canción «Los Tres Reyes», para recibir monedas o dulces. También forma parte de la cultura belga tomar el famoso Roscón de Reyes ( Galette de Rois), encontrar un haba o figura en su interior, y coronar a quién la encuentre con una corona de papel.
Pascua
La Pascua en Bélgica tiene, por un lado, un carácter religioso y está muy arraigado a la cultura: se celebran actos relacionados con la religión, un vía crucis… pero sí existe una tradición muy especial en el ámbito familiar relacionado con los huevos de Pascua.
Cuando llega el Domingo de Resurrección, todos los miembros de la familia se reúne y los más mayores se encargan de esconder en diferentes sitios de la casa y del jardín, los tradicionales huevos de chocolate. Los pequeños serán los encargados de buscarlos y compartirlos con todos posteriormente en la merienda.
Los huevos, representan el nacimiento y la vida y tradicionalmente están relacionados con el fin de la Cuaresma, siendo uno de los alimentos que no se debían consumir. Por esta razón, se adornaban y se ofrecían como regalo a amigos y familiares.
Carnaval
Otra de las celebraciones más importantes de su cultura es el Carnaval, una fiesta que se celebra en diversos lugares del territorio belga. En cada una de ellas hay una forma diferente de celebrarla, y sin duda es una excelente oportunidad de conocer mucho más de cerca el folclore y las curiosidades de Bélgica.
Uno de los carnavales más famosos de Bélgica, y que se encuentra catalogado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es el de la ciudad de Binche, cuyo origen se remonta a la Edad Media, cuando María de Hungría, hija de Felipe el Hermoso, comenzó a organizar fastuosas festividades de disfraces en honor a su hermano Carlos I de España. Su celebración tiene lugar en el mes de febrero, en los tres días que preceden a la Cuaresma, durante los cuales, todos sus habitantes se afanan en llevar ostentosos disfraces. Los personajes más famosos de esta festividad son los conocidos como Gilles quienes portan trajes rojos, amarillos o negros, sombreros con plumas de avestruz, máscaras de cera, campanillas, zuecos de madera y anteojos. Así se pasean portando tambores, por toda la ciudad. El fin de fiesta se celebra en la Plaza Mayor con el baile de los Gilles.
Stavelot es otra de las ciudades que celebra orgullosa su Carnaval y que debes incluir en tu viaje a Bélgica si deseas conocer esta celebración. La fiesta que se remonta al siglo XVI, cuando el, por aquel entonces, príncipe de Abott, prohibió a los monjes del lugar formar parte de las festividades locales. Los habitantes de la ciudad decidieron solidarizarse con los monjes, vistiéndose como ellos, con una túnica blanca, capucha y máscara, de este modo, los monjes pudieron mezclarse con la multitud para festejar. A día de hoy, el conocido como Blanc-Moussi, sigue siendo el personaje más famoso del Carnaval de Stavelot, y el traje típico que los habitantes llevan es precisamente el de una túnica blanca con capucha, una nariz larga y puntiaguda con forma de zanahoria.
Los carnavales de Ostende, un imprescindible en las guías de viajes, cuenta con una popular tradición conocida con el nombre de «Baile de la Rata Muerta» un baile de disfraces que se celebra cada el Casino de Ostende en el que los habitantes van disfrazados con disfraces y máscaras y participan en un concurso para elegir el mejor atuendo. El nombre se debe al cabaret parisino de La Rata Muerta, el lugar al que acudía James Ensor, el creador de tan popular baile.
Otro de los carnavales más importantes es el de Aalst, una ciudad de la región de Flandes, que celebra sus fiestas por todo lo alto con desfiles de carrozas encabezadas por muñecos que representan a personalidades importantes de la vida política y social del país. Declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, las celebraciones comienzan con la elección del Príncipe del Carnaval. Al día siguiente se celebra el Baile de las Escobas y e último día un evento conocido con el nombre de «Jovencitas Sucias«, una tradición del siglo XIX, que consistía en que los obreros de la época que no tenían disfraces para festejar, se pusieran la ropa usada de sus mujeres.
Meyboom
El día 9 de agosto, tiene lugar otra de las grandes celebraciones en Bélgica, concretamente en la capital, Bruselas, declarada Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Es el Mayboom.
El origen de la tradición se encuentra en el año 1213 cuando en Bruselas se celebraba la resistencia al asedio del ejército de la ciudad de Gante cuando iba a celebrarse la boda del Duque de Brabante. Como agradecimiento, el duque permitió a la compañía responsable de parar el asedio, La Compañía de San Lorenzo, el poder plantar un árbol cada año en el Bosque de Soignes, un fabuloso pulmón verde situado entre las regiones de Valonia, Flandes y Bruselas.
Es por esta razón por la que, cada año, se celebra la plantación del Meyboom, un árbol que debe ser plantado antes de las 17:00 horas. En la Grand Place se realiza un desfile digno de admirar.
Procesión de la Santa Sangre
Una de las procesiones belgas más antiguas, es la Procesión de la Santa Sangre, la cual se celebra en la ciudad de Brujas, al norte del país, durante el día de la Ascensión.
En el altar de la Basílica de la Santa Sangre, se conserva una reliquia con unas gotas de la Sangre de Cristo, guardadas en un frasco de cristal de toca del siglo XI, y que fue traído desde Jerusalén por Thierry Alsacia durante la Segunda Cruzada. La procesión de la Santa Sangre se celebra desde el año 1291 y fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Razón más que suficiente para incluirlo en tu guía de viaje, si decides visitar Brujas.
Durante la procesión, se ambientan las calles al estilo de la época medieval y durante la procesión se representan escenas de la Biblia desde el Antiguo al Nuevo Testamento, avanzando hasta la época de las Cruzadas hasta concluir con la Santa Reliquia, la cual se porta en un pequeño trono. Brujas se llena de esplendor y tradición con la celebración de este acto tan especial.
Alfombra floral
La alfombra floral de la Grand Place de Bruselas, se celebra cada dos años, concretamente durante los años pares, durante tres días del mes de agosto (fines de semana cercanos a la víspera del 15 de agosto, por lo general). Consiste en la elaboración de un impresionante tapiz formado por, nada más y nada menos que alrededor de 600.000 begonias de colores, cultivadas en Gante. Un espectáculo visual y toda una obra maestra que llegó de la mano del arquitecto paisajista E. Stautemans, gran aficionado a los tapices florales, quien ha convertido su afición en una tradición que atrae a cientos de visitantes cada vez que se celebra.
El tapiz tiene una longitud de 77 metros de largo y 24 metros de ancho. En los años impares se decide el diseño y días antes de la inauguración, alrededor de 100 jardineros se encargan de llevar a cabo este increíble trabajo
Ommegang
Ommegang es una gran celebración que tiene lugar en Bruselas y que se remonta al año 1549 en la Grand Place cuando se organizaba un fastuoso desfile real en honor de Carlos V y de su hijo Felipe II.
La celebración, tiene lugar durante la primera semana de julio y se prolonga a lo largo de tres días, durante los cuales, el centro de la ciudad se transforma en un centro medieval con un mercado, y numerosas actividades de la época.
La procesión, en la que participan más de 1.000 personas ataviadas con trajes de la época, se traslada desde el Parque de Bruselas hasta la Grand Place y al finalizar, se llevan a cabo diferentes espectáculos, destacando especialmente el espectáculo ecuestre en el que se representan todas las banderas de los territorios del imperio.
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Bélgica es un país con una profunda tradición que ha sabido conservar sus celebraciones casi de la forma original a como se festejaban siglos atrás en sus ciudades. Asistir a alguno de estos eventos, te permitirá remontarte a siglos de historia, todo un privilegio que los belgas ofrecen a sus visitantes con orgullo. ¿Te animas a participar en alguna de ellas?
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Bélgica tiene el mayor número de castillos por metro cuadrado del mundo